Tienes poco tiempo para pensar

Vivimos en una sociedad que gira alrededor del hacer. Hacer, hacer y hacer, aunque sea sin sentido, aunque sea solo para distraerse, aunque sea solo para no tener tiempo para pensar.

En este mundo del hacer, no hay mucho lugar para el ser.

Esta hiperactividad tiene dos graves consecuencias: UNA, sobrecargamos demasiado nuestra mente y perdemos el dominio sobre nuestros pensamientos, pasando a hacerlo de forma totalmente descontrolada y DOS, vivimos desconectados de nosotros mismos. No nos quedan momentos para estar a solas, hacernos preguntas, reflexionar sobre la vida que queremos o cuidarnos interiormente.

Esta desconexión y esta hiperactividad mental descontrolada nos genera estrés, depresión, enfermedad, insatisfacción, irritación, ansiedad, falta de autoestima, sentimiento de soledad, emociones descontroladas, …

¿Y qué pasa cuando llegan las vacaciones? ¿Esas vacaciones tan ansiadas, tan soñadas, esas vacaciones que deseamos como un oasis en nuestro desierto del hacer? Pasa que durante esas vacaciones no somos capaces de desconectar de nuestra rutina diaria ni de disfrutar del momento y se convierten en un período gris en el que reside ya la dura vuelta al trabajo, aunque en realidad los días de descanso todavía no hayan terminado…

Y luego viene el “síndrome postvacacional”: la dura vuelta al trabajo, lo cortas que han sido las vacaciones… Volvemos a nuestro desierto del hacer de 11 meses deseando que lleguen otras ansiadas vacaciones, otro oasis.

Ya sabemos que no existen recetas mágicas, pero si te gustaría disfrutar de tus vacaciones y de tu día a día con bienestar, aquí te dejo unos consejos que podrían ayudarte a conseguirlo:

  1. PARA. Durante tu rutina diaria aprende a parar. Busca cada día unos minutos para estar en silencio contigo mismo, un momento para propiciar la reflexión.
  2. MEDITA 5 MINUTOS AL DÍA. Aprende a meditar e incorpóralo en tu vida diaria. Te ayudará a aprender a dominar esa mente descontrolada y a tener instantes de paz que te anclarán en el presente.
  3. DOSIFICA LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. Si estás de vacaciones, no mantengas ningún contacto con el trabajo (vía mail, whatsapp…) y dosifica el uso de las nuevas tecnologías.
  4. CAMBIA DE PERSPECTIVA. Convierte tu trabajo en vacaciones (¿qué parte de tu trabajo disfrutas, qué parte de tu trabajo te motiva y te llena, qué aprendes?) y tus vacaciones en un trabajo. Aprovecha esos días contigo mismo para mirar adentro y trabajarte personalmente, preguntarte y sentirte mejor contigo mismo.